16 de julio de 2009

Aportaciones de los profesionales de ADISLI a "Toledo 10"

Tras un largo proceso de reflexión y debate, por fin conseguimos elaborar unn documento con nuestras conclusiones sobre los distintos temas que se han planteado para Toledo 10.
Adjuntamos el documento ya que es muy extenso para ponerlo en el blog, pero sí queremos exponer algunos aspectos concretos relacionados con el servicio de ocio.

(...) La inclusión social de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad es el reto del movimiento asociativo FEAPS  que se ve reflejado en la realidad de los servicio de ocio. La ausencia de una comprensión del ocio o el disfrute del tiempo libre como un derecho esencial recogido en el Artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, es hoy una tarea pendiente. 


La utilización de los servicios de ocio como servicios de respiro es el principal indicador de que a día de hoy se niega a las personas con discapacidad intelectual el ejercicio de sus derechos.


Las entidades y los profesionales debemos asumir nuestra responsabilidad, prestar los apoyos necesarios para que las personas con discapacidad puedan decidir sobre su ocio, para que sus familias respeten ese tiempo de ocio y utilicen los espacios correspondientes para cubrir sus necesidades, así como exigir a las administraciones públicas atender esta realidad.

(...) Mención especial merece la labor altruista de las personas voluntarias que comparten su tiempo con las personas con discapacidad intelectual y son un elemento indispensable, aportando sus vivencias, compartiendo sus puntos de vista  y ampliando las redes sociales de las personas con discapacidad intelectual.

Pero el voluntariado no debe ser utilizado como una forma de cubrir puestos de trabajo cualificados, si no ser embajadores de nuestra realidad,  de nuestro  trabajo  y compañeros de todos los miembros de la asociación para lo cual es necesario ofrecerles espacios de participación e incorporarles como una pieza clave del proyecto de la entidad, escuchándoles y dejando que nos enriquezcan con su trabajo y sus vivencias.

FEAPS debe aumentar sus esfuerzos para conseguir que los poderes públicos se impliquen con el movimiento asociativo, comenzando por exigir el cumplimiento de la normativa vigente. Los órganos directivos de la federación y de las entidades, Patronatos y Juntas Directivas, deben dejar sus intereses particulares y políticos y mostrarse unidos en la reivindicación de las garantías para que las personas con discapacidad intelectual puedan ejercer sus derechos y mejorar su calidad de vida.

(...) El propio movimiento asociativo debe reflexionar sobre el protagonismo de sus protagonistas. La inmensa mayoría de las entidades están constituidas por la asociación de familias y sus juntas directivas formadas por padres y madres: ¿qué lugar ocupan las personas con discapacidad intelectual? La propia federación debería ser ejemplo en este sentido, sin embargo ¿cuántas personas con discapacidad intelectual forman parte de su plantilla? ¿Qué porcentaje representa? ¿Cuántas personas con discapacidad intelectual forman parte de los órganos de gobierno de FEAPS? ¿Tienen voz? ¿Y voto? ¿Creemos realmente en las capacidades de las personas con discapacidad intelectual? ¿A qué esperamos para devolverles el poder sobre sus propias vidas? ¿Cuándo pasaremos a ser verdaderos apoyos para que puedan conseguir sus sueños?

(...) La aparición de empresas privadas en el tercer sector, y en nuestro colectivo, es un hecho. Hay que recordar que la esencia de las asociaciones y las fundaciones es su carácter no lucrativo, y el de las empresas es el lucro.  No es lo mismo la existencia de empresas dedicadas a la prestación de servicios que son contratadas y supervisadas por las asociaciones, que las empresas que gestionan directamente los recursos y que obtienen un beneficio económico a expensas del recorte de la calidad de los servicios. Se debe establecer un debate para reflexionar sobre esta cuestión.

(...) El modelo social por el que debemos apostar es el inclusivo. Debemos trabajar para que las personas con discapacidad intelectual sean miembros de pleno derecho de la sociedad. Que sean reconocidos como ciudadanos y ciudadanas tanto españoles como europeos, trabajando para que la sociedad entienda su realidad y formen parte de su red de apoyos. En resumen, y como ya definió Ainscow (2003), “la inclusión implica reestructurar el sistema según las necesidades de todas las personas”.

La inclusión es el elemento clave para cualificar el entorno, es una manera distinta de entender la vida y la sociedad, su fuerza radica en aceptar a todas las personas, reconocidas en su singularidad y teniendo en cuenta su realidad.

Gran parte de este trabajo es llevado a cabo por los Servicios de ocio, por este motivo es necesario un modelo de ocio común, unificado y que se establezca como marco de referencia para todas las entidades, que cuente con el respaldo real y no teórico de FEAPS, facilitando y mediando para la obtención de recursos y asumiendo la responsabilidad de velar por el cumplimiento de un modelo de ocio inclusivo.

Los Servicios de Ocio de las entidades deben trabajar en esta línea promoviendo un modelo de ocio inclusivo, normalizado y elegido por las personas con discapacidad intelectual y desarrollándose en el ámbito comunitario. Es clave comenzar a salir a la calle, establecer el ocio de las personas con discapacidad en el ámbito comunitario y que puedan disfrutar del ocio que tenemos tanto tú como yo.

Deben desterrarse propuestas anticuadas que limitan el servicio de ocio a un espacio en el que “aparcar” a las personas con discapacidad intelectual para que sus padres y/o red de apoyos puedan hacer su propio ocio, así como el ocio que es elegido por los padres y/o red de apoyos y por los profesionales (para eso están los servicios de respiro), sin tener en cuenta qué le gusta hacer, sus intereses y motivaciones pues ellas mismas han manifestado que no responde a sus necesidades y que desean conocer y disfrutar de las propuestas de ocio comunitarias.

Estamos en total desacuerdo en el desarrollo de actividades de ocio en las que los protagonistas no sean las personas con discapacidad intelectual. La existencia de esta realidad es negarles su condición de persona, negarles el derecho a decidir, a opinar y el derecho a equivocarse llegado el caso.

Somos conscientes de las dificultades de los servicios de ocio, en ADISLI también convivimos con la falta de recursos tanto humanos como económicos respecto al número de participantes, la masificación de grupos, las barreras de accesibilidad, el rechazo social por desconocimiento, la dificultad para ejercer el derecho a acceder al ocio comunitario… Pero como profesionales es una insensatez abandonar la lucha por obtener esos recursos y la mejora del servicio en la dirección que las personas con discapacidad intelectual nos demandan. La falta de recursos no puede ser una excusa para no mejorar día a día en nuestro trabajo.

La investigación es el camino para afrontar las dificultades del presente y afrontar los retos del futuro. Tenemos que abrir las puertas a nuevas formas de trabajo y nuevas experiencias y dejarnos asesorar, aconsejar y en su caso, ser guiados, por aquellos que han logrado un Servicio de Ocio y unas buenas prácticas referentes de calidad en nuestro sector.

(...) FEAPS es una federación de entidades, no es nuestro “papá/mamá”. La queja sobre sus defectos y problemática sin hacer una crítica constructiva es ineficaz. La federación debe asumir su responsabilidad como representante de todos y cada una de las entidades miembros ante los poderes públicos y la sociedad, independientemente de su tamaño. FEAPS debe asumir su papel de federación, y no tomar decisiones o trabajar como una asociación más. La federación no es una entidad de atención directa ni debe poner en marcha servicios ni competir con ellas.

(...) Toledo 10 es una oportunidad única para reflexionar y mejorar, reforzando lo bueno y mejorando lo menos bueno.

Los trabajadores del sector social se enfrentan a diario con barreras que dificultan el desarrollo de proyectos y servicios cuyo fin último es que las personas con discapacidad intelectual cuenten con las mismas posibilidades que cualquier otra persona. Asumimos el reto de pararnos a reflexionar sobre la manera de trabajar y en la que solemos tomar decisiones que corresponden a las personas con discapacidad. Las familias y su red de apoyos son importantes, esenciales… pero los protagonistas son las personas con discapacidad intelectual y nuestro trabajo se tiene que centrar en ellos.

Confiamos en que las reflexiones de Toledo 10 se escuchen.

Confiamos en que las conclusiones se acepten y no estén tomadas previamente.

Confiamos en que Toledo 10 no sea un mero trámite.

Esperemos que Toledo 10 no sea un proceso estéril lleno de planteamientos políticos y mediáticos, si no que verdaderamente sea un lugar de reflexión, encuentro y crítica constructiva del cual todos y todas podamos aprender y mejorar.


Documento completo: Aquí

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